Curriculums de éxito
CURRICULUM DE ÉXITO
por Jon López, orientador laboral de Juritecnia
Estamos permanentemente escuchando que el curriculum es nuestra tarjeta de presentación para una empresa. Pues es cierto, no tenemos nada más que pensar que cuando nosotros/as mandamos nuestra candidatura a una empresa, lo único que llega es ese documento en el que hemos puesto toda o parte de nuestra información. Quizás nos hemos cogido el trabajo de escribir una carta de presentación que lo acompañe, pero es probable, según escribiremos en el correspondiente post, que esa carta todavía haya empeorado más nuestra candidatura.
Por lo tanto, primera conclusión: Es fundamental que nuestro currículum sea un currículum de éxito.
Primeras claves para que nuestro CV, sea un curriculum de éxito
Vamos a establecer aquí una serie de claves iniciales a tener en cuenta para que nuestro CV hable bien de nosotros/as. Después ya iremos especificando en cada apartado del CV, aquello que debemos tener en cuenta.
El diseño de nuestro currículum de éxito.
Vivimos en la sociedad de la imagen. Cuando visualizamos un documento, establecemos un primer contacto visual para decidir rápidamente si lo vamos a leer con detenimiento o no.
Esto es una realidad. Pongamos un ejemplo: Llegamos a nuestro portal y cogemos los papeles que hay en el buzón. En lo que tardamos en subir en el ascensor (o andando) y abrir la puerta de casa, ya hemos decidido que papeles se van a ir directamente a reciclar y cuales vamos a leer.
Es decir, aparte de la información que vayamos a incluir en nuestro CV, tenemos que tener en cuenta el aspecto de nuestro CV. No sirve de mucho, resaltar en nuestra información, la creatividad como valor que nos define, cuando nuestro CV dice lo contrario de nosotras/os.
Aquí, habría que comentar todas las plantillas que encontramos en internet que nos permiten colocar adecuadamente nuestra información y aparece ese CV “novedoso y de éxito”. De éxito puede ser, pero novedoso, desde luego no. Esto no significa que yo me muestre contrario a las plantillas existentes, pero tenemos que tener en cuenta que puede haber otros/as invitadas a la “selección de personal” que lleven el mismo vestido (léase formato) que nosotros/as.
La información en una sola cara, ¿se lee más?
La extensión de nuestro currículum también es algo primordial. ¿Cuánto debe ocupar nuestro currículum? Todos/as los orientadoras y expertos recomendamos como norma que el currículum se muestre en una sola cara, ya que lo que esté incluido en la segunda cara en muchos casos no se lee. Muchos /as de vosotras estaréis pensando: en mi caso es imposible con la cantidad de información que tengo. Hagamos un esfuerzo:
- Seleccionemos un formato de currículum que se adapte a la cantidad de información que tenemos.
- Valoremos si la información que escribimos, da o no valor añadido.
En nuestro currículum pondremos aquella información que nos da valor añadido a nuestra candidatura. Lo que no da valor añadido, ¿para qué?
Esta es una idea clave. Con nuestro currículum, estamos presentándonos a una empresa para ser seleccionados. De ello se deduce que, en esa presentación nuestra inicial, sólo daremos a leer nuestros puntos fuertes. Aquellos no tan fuertes, los dejaremos para la entrevista, y solo en caso necesario, es decir, que nos lo pregunten.
Apartados de nuestro currículum de éxito.
Tras estas ideas iniciales muy importantes, vamos a comenzar a comentar los diferentes apartados de que consta un currículum, pero partiendo siempre de una idea: no hay verdades universalmente válidas para hacer un currículum vitae, es decisión de cada persona lo que incluye en él o no, y cómo lo expresa
Datos personales.
Este es el apartado menos importante de nuestro currículum. ¿Es importante que me llame Andrés o Sara? Espero que no. Aquí lo que se trata es de que figuren los datos mínimos para que se pongan en contacto conmigo. Por tanto, nuestro nombre y apellido, junto con el teléfono y/o email es, a priori, suficiente.
¿Y nuestra dirección? Está claro, si creo que me beneficia (porque vivo cerca de la empresa o en un lugar bien comunicado) la puedo poner; en caso contrario, ya me la preguntarán.
Y llegamos a la cuestión de siempre: foto sí o foto no. La respuesta es sencilla, con lo que cada uno de nosotros/as nos sintamos más cómodas. Es evidente que la foto en un currículum humaniza la información, pero puede haber opiniones que argumenten que puede ser discriminativa. Mi opinión: si por una foto van a discriminar en un proceso de selección en una empresa, a mí no me interesa trabajar en ella. Decidamos lo que decidamos, que sea un criterio propio y no por la falsa modestia de “no salgo bien en las fotos”. Yo no ha conocido todavía a nadie tan feo/a que tenga que salir a hacer los recados de noche.
Perfil profesional.
En este apartado hablaremos de nuestras actitudes frente al trabajo, pero tenemos que tener un poco de cuidado respecto a cómo expresarlo. Esas frases: soy metódica, ordenada, buena compañera, rigurosa, …, son frases absolutamente vacías. Aquí se trata de resaltar dos o tres características nuestras, pero siempre relacionándolas con alguna actividad que tu hayas realizado. Esa relación es la que le da coherencia a la actitud que quieres resaltar.
Formación o experiencia profesional.
¿De qué hablamos primero, de nuestra formación o nuestra experiencia? Pues dependerá de aquel apartado que consideremos que tiene un mayor peso respecto a la oferta a la que nos presentamos. El de mayor peso, tiene su lógico que vaya primero.
En caso de que sea la formación:
Dentro de nuestra formación, siempre tendemos a separar lo que denominamos Formación Reglada de lo que a veces denominamos Formación Complementaria. Es una opción, pero no es necesario hacerlo así, y puede haber ocasiones en las que un curso nos dé más opciones para un puesto de trabajo que la formación reglada que tengamos.
Para ordenar nuestra formación, tenemos diferentes opciones, pero lo más lógico puede ser ordenarlo por fecha en sentido inverso (la última formación será la primera que aparezca). A esta opción se le podrían poner pegas:
Lo primero que estudié fue mi grado universitario, e iría al final. Es verdad, pero lo podemos resolver poniendo en primer lugar la máxima formación que tenemos y después usar el método cronológico inverso. En cualquier caso, deberíamos volver a la reflexión de siempre: puede haber casos que un grado o licenciatura o FP de hace muchos años, no sea lo más interesante para que se lea primero.
También podemos escoger el orden directo, pero nuestra formación más antigua será la que primero se lea.
En cualquier caso, señalaremos el nombre del curso, la fecha, las horas que tiene y el centro donde lo hicimos.
En caso de que sea la experiencia:
La primera idea aquí a resaltar es lo que queremos expresar en este apartado en nuestro currículum y hacemos referencia al aprendizaje que hemos tenido desarrollando determinadas funciones en nuestro trabajo.
Quiero señalar con esto, que hablamos de experiencia laboral cuando estamos contratados/as en una organización, haciendo prácticas, voluntariado, …
Aquí tenemos también que hablar del orden en que aparece nuestro historial laboral, y las opciones son fundamentalmente dos:
Por fechas, de manera que, si lo hacemos en orden cronológico inverso, aparecerá nuestra última experiencia laboral al inicio o al revés, en orden cronológico directo, mostrando nuestra experiencia laboral en el mismo orden que la desarrollamos. Salvo excepciones, siempre suele ser más interesante el orden inverso.
Por áreas de actividad, de forma que mostraremos nuestra experiencia agrupada por sectores: administrativo, comercial, … Este sistema tiene la ventaja de que es más fácil “esconder” periodos de inactividad.
La información que pongamos sobre nuestra experiencia deberá hacer especial hincapié en las funciones desarrolladas. A nosotros/as nos contratan para hacer algo y esos son funciones. ¡Especifiquemos lo que hemos hecho y sabemos hacer!
En cualquier caso, parece que siempre tiene que ir diferenciado el apartado de experiencia y formación y no tiene por qué ser así. Os propongo una reflexión a aquellas/os de vosotros que tengáis experiencia y formación en diferentes sectores: especificar la experiencia de cada sector de actividad, junto con su formación correspondiente.
Una última recomendación: hablemos (pero sin especificar todo el contenido) de posibles proyectos o programas en los que hemos trabajado. Pueden ser una fuente de preguntas en la entrevista y en ella, podemos extendernos con la respuesta, trasmitiendo aquello que nos parezca oportuno.
Otras competencias: informática, idiomas, etc.
Para determinados puestos de trabajo, este apartado puede ser muy importante, así que tendremos que darle la relevancia que se merece.
Respecto a los programas informáticos de los que somos usuarios/as, habrá que señalarlos, pero es una muy buena idea unirlos a las funciones desarrolladas, por ejemplo, al señalar que se han realizado cierres contables, indicar el programa utilizado.
Respecto a los idiomas, yo recomendaría huir de frases como nivel bajo, medio o alto. Indiquemos habilidades concretas: soy capaz de comunicarle en…, capacitada para mantener correspondencia en…, o si realmente dominamos el idioma, indiquemos la posibilidad de hacer la entrevista en ese idioma.
¿Otros datos de interés?
La interrogación no es una falta de ortografía. Frases indicando nuestra disponibilidad no dan valor añadido; se presume que es así. El tener permiso de conducir y vehículo, lo podemos poner en nuestros datos personales. ¡No olvidemos que sólo tenemos una página!
Os remito a un próximo post “Errores a evitar en los currículums de éxito” donde los enumeraremos y podrás de esa manera eliminarlos de tu currículum.
Para un asesoramiento personalizado, dispones de nuestro servicio de orientación al que puedes acceder a través del Portal del Empleo de nuestra página web, www.juritecnia.net.