Opositar mientras trabajas: un reto posible
Preparar unas oposiciones ya supone un desafío importante. Si a ello se le suma la obligación de mantener un empleo a jornada completa o parcial, el esfuerzo se multiplica.
Sin embargo, cada vez más personas se ven en la necesidad de compaginar trabajo y estudio: por razones económicas, familiares o porque no desean abandonar la seguridad de un ingreso estable mientras aspiran a conseguir un puesto fijo en la Administración.
Organización del tiempo
La clave para opositar mientras se trabaja es la gestión del tiempo. No se trata de tener más horas, sino de aprovechar al máximo las disponibles. Elaborar un horario realista, y honesto, es fundamental. Muchas personas optan por madrugar para estudiar un par de horas antes de ir al trabajo, otras optan por reservar las noches para repasar. Lo importante es la constancia: aunque el ritmo sea más lento, el hábito de estudio diario mantiene la materia fresca y el cerebro entrenado.
Establecer prioridades
Quien oposita y trabaja debe aceptar que no podrá abarcarlo todo. Es probable que haya que renunciar a parte del ocio, reducir la vida social y organizar la rutina en torno al trabajo y al estudio. Esto no significa vivir encerrado, pero sí seleccionar con cuidado en qué invertir la energía. Aprender a decir “no” a ciertos planes se convierte en una herramienta de supervivencia.
Estrategias de estudio
Al tener menos tiempo, la eficiencia es esencial: la planificación por bloques temáticos o el uso de resúmenes y esquemas ayudan a asimilar más en menos tiempo. Seguir clases grabadas para escucharlas en el transporte público, aprovechar los descansos para repasar preguntas tipo test o utilizar aplicaciones móvil de memorización son recursos muy útiles para quienes deben estirar y aprovechar cada minuto.
La importancia del descanso
Uno de los errores más frecuentes es intentar “rascar horas” al sueño. A corto plazo parece una solución, pero la fatiga acumulada reduce el rendimiento intelectual y aumenta el riesgo de abandono. Dormir bien y reservar momentos para desconectar es tan importante como estudiar. Un opositor agotado difícilmente mantendrá la motivación a largo plazo.
Motivación y mentalidad
Opositar mientras se trabaja requiere una fuerte dosis de disciplina y paciencia. Los resultados no son inmediatos, y es fácil compararse con quienes pueden dedicar el día entero al estudio.
En este contexto, la motivación debe centrarse en el proceso más que en la meta: cada hora de estudio es un avance. Recordar constantemente por qué se ha tomado la decisión de opositar ayuda a mantener el ánimo en momentos de cansancio.
Conclusión
Compaginar un empleo con la preparación de oposiciones no es sencillo, pero tampoco imposible.
Supone aceptar un ritmo más lento, organizarse con precisión y tener muy claras las prioridades. La constancia, el apoyo de familiares o amigos y el cuidado de la salud mental marcan la diferencia.
Quien logra superar esta etapa no solo adquiere conocimientos, sino también una gran capacidad de sacrificio y resiliencia, cualidades que acompañarán durante toda la vida profesional.
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