Personas tóxicas en el trabajo
Personas tóxicas en el trabajo
por Jon López, orientador laboral de Juritecnia.
Todas las teorías sobre la satisfacción de las personas en el trabajo inciden en que el clima laboral es uno de los factores más valorado. Pero, ¿es posible que este clima laboral se vea enrarecido por compañeros/as de trabajo? La respuesta a esta pregunta es obvia, sí existen personas que “ponen palos en las ruedas” en el camino de la organización hacia el éxito. A estos perfiles de personas se les denomina “personas tóxicas” y tanto el reconocerlas como el saber tratarlas se convierte en un factor muy importante desde el área de RR.HH.
En este blog vamos a enumerar los posibles perfiles de personas tóxicas que pueden convivir en las organizaciones, así como la forma más eficaz para tratar con ellas y minimizar sus efectos negativos.
Perfiles de personas tóxicas
Voy a intentar establecer una serie de perfiles de personas que, por su forma de actuar, podríamos denominarlas como “personas tóxicas, pero debo señalar que me refiero a personas y, por tanto, siempre vamos a conocer casos de personas que no se ajustan del todo a ninguno de los perfiles.
1.El perfil escalador.
Son aquellas personas con una gran obsesión por ascender y, para ello, no dudan en llevar acabo todo aquello que necesiten para ello. Dentro de ello, pueden llegar a perjudicar o sabotear a cualquier compañero/a que se pueda interponer en su camino.
Los desprecios y hacer de menos a las personas que trabajan con ellas pueden ser comportamientos habituales de este tipo de personas.
- El perfil embaucador.
Estas personas para conseguir sus propios objetivos “enredan” y “manipulan” a sus víctimas. ¿Cómo?, tras escoger al compañero/a que les interesa, les van aislando convirtiéndose en sus personas de confianza. Tras ello, van construyendo una realidad paralela en base a mentiras y medias verdades de forma que la víctima acaban haciendo aquello que al embaucador le interesa.
- El perfil monopolista de méritos.
El resultado beneficioso de cualquier proyecto que se haya obtenido en la organización ha sido gracias al trabajo de este perfil. Serán capaces de menospreciar tu trabajo, “inflando” sus esfuerzos y “contándolos” en los escenarios oportunos.
- El perfil musculoso.
Estas personas son las que están permanentemente “marcando músculo” para que todo el resto de personal le tenga identificado como un líder. Este perfil se convierte en un “líder competitivo” que, con su modo de actuar, limita que otras personas puedan mostrar su potencial y alcanzar puestos con mayor responsabilidad.
- El perfil trabajador ineficaz
Nos encontramos con personas muy trabajadoras y que no entienden periodos en los que no se esté trabajando con total intensidad. El problema se plantea en que ese afán constante de tener que estar haciendo algo en todo momento se suele traducir en trabajar de forma eficaz, no planificar ya que parece una pérdida de tiempo. Estas personas cuando tienen alguna capacidad de mando suelen representar un problema serio ya que esa falta de planificación de la tarea provoca que den ordenes de trabajo ineficaces por el mero hecho de tener trabajando al personal.
- El perfil dirección inepta
Este perfil se identifica con puestos de dirección a los que las funciones y responsabilidades propias del puesto les superan. La ineptitud provoca retrasos en las tomas de decisiones y posteriormente esto se traduce en una presión exagerada para sacar adelante el trabajo.
El problema de este perfil es que nunca a admitir que la culpa es suya, entendiendo que esos momentos de exceso de trabajo no están provocados por sus retrasos en las decisiones, sino que son propios del día a día en la empresa.
- El perfil vago.
Este perfil, muy extendido es el que aun no trabajando prácticamente es capaz de conseguir recompensas y reconocimientos, ¿cómo?, siendo muy hábiles en arrimarse a equipos de trabajo muy eficaces para vivir de ellos, rechazando tareas que supongan esfuerzos considerables y sobre todo, “publicando” en todo momento lo que hacen, lo cansados que están y la gran cantidad de trabajo que tienen. Un rasgo muy pernicioso de este perfil es que siempre están buscando ayuda para que esas personas les resuelvan la parte del trabajo que ellos no quieren hacer.
- El perfil albañil de la información
En este caso, la persona es sumamente consciente de que la información en la empresa es poder. Por tanto, se dedican a bloquear y “levantar muros” `para que la información que pase por ellos no llegue a su receptor o llegue en el momento inadecuado. De esta manera provocan verdaderos problemas a sus compañeros y compañeras ya que en todo proceso es fundamental la trasmisión de la información.
- El perfil ético
Este último perfil se caracteriza por crear un mal ambiente de trabajo ya que de forma permanente está quejándose de la forma de trabajar de la organización y que como él no está dispuesto a trabajar así, sus actuaciones van a poner en problemas a sus responsables. El argumento suele ser una falta de ética por parte de todas las personas a excepción de ellas, por lo que se ven “obligadas” a actuar de forma distinta, aunque perjudiquen a los demás.
Tras elaborar este pequeño listado de perfiles de personas tóxicas, la pregunta siguiente es inmediata. ¿Cómo podemos neutralizar a estos perfiles de personas que ya hemos identificado en nuestra organización?
Tratamientos eficaces ante personas tóxicas
Deberíamos comenzar diciendo que previamente al tratamiento de estos tipos de personas, tenemos que identificarlas. El detectar a estas personas será consecuencia de que en la relación que tenemos con ella, sintamos desagrado, frustración, rabia, etc., es decir cualquier sensación negativa que se repita cada vez que tenemos que tratar con ella.
Voy ahora a enumerar una serie de acciones que “pueden funcionar” ante estas personas tóxicas. ¿Van a ser eficaces siempre?, ¡ojalá!, pero en la realidad me temo que en los tratamientos entre personas nada funciona siempre. Aun así, el conocerlas y llevarlas a cabo pueden darnos grandes ventajas en nuestro entorno laboral.
- Moderar nuestras emociones.
Es muy importante que el trato con estas personas no nos desestabilice. Debemos mantener la calma, para, de forma calmada, tratar la situación que nos incomoda.
Para ello, es muy importante que tengamos fuera del entorno laboral, una red de personas afines de forma que nuestra vida laboral no acapare todo nuestro pensamiento.
- Practicar técnicas asertivas.
Debemos expresar nuestro malestar, de forma respetuosa, pero indicando claramente el perjuicio que estas situaciones con estas personas nos están causando.
Para ello, es muy importante que expliquemos claramente en qué situación estamos, qué hechos objetivos estamos padeciendo, qué consecuencias nos supone dicha situación y qué nuevas conductas deberían darse para mejorar la situación.
- Establecer límites precisos
Debemos indicar a estas personas que hay determinados comportamientos por los que “no vamos a transigir” y que, si se dan, habrá determinadas consecuencias. En este caso, es muy importante que, si se produce esa situación, implementemos esas “consecuencias” ya que, en caso contrario, esa persona tóxica percibirá que sus actitudes negativas no tienen consecuencias.
- Aislar a esas personas y crearte un grupo de compañeros/as afines a ti.
Esta recomendación es muy importante ya que por dos razones:
– Por un lado, disfrutaremos de momentos agradables que producirán una mejora en nuestra sensación de clima laboral.
– Por otro lado, estas personas tóxicas verán dificultadas sus acciones al observar que su víctima “convive laboralmente” con otro grupo, del cual podría obtener ayuda.
- Comunicar nuestras experiencias a la persona de rango superior de nuestra organización.
Buscamos, de esta manera, el apoyo a nivel de cadena de mando, que suele ser, si conseguimos esa intervención, la forma más eficaz para cambiar con estas actitudes.
Pedir ayuda a profesionales externos.
Si observamos que estas relaciones con personas tóxicas nos superan, es recomendable pedir ayuda y consejo a profesionales que, dados sus conocimientos y experiencia, pueden aconsejarnos de forma muy eficaz.